En la ruta hacia el estreno de su nuevo álbum, el cantante colombiano hace una escala para presentar su primer tema con influencia urbana. En esta canción con ritmo de reggaetón y elementos melódicos, exalta el camino estrecho del hijo de Dios, que experimenta el amor de Dios a cada paso.
Dos temas en uno, a través de los cuales la propuesta estilística de la banda colombiana se transforma. Reflexionando en la identidad verdadera del hijo de Dios, la canción invita a rechazar conceptos equivocados impuestos por la cultura y adoptar aquello en lo que Dios pensó de uno mucho antes de su nacimiento.
Una grabación en video muy orgánica de Kim Richards y Marcos Witt interpretando estos dos temas fusionados Realizado en locaciones exteriores, imágenes en las que resaltan colores otoñales. Celebran con este tres años del estreno de esta canción. Dirigido por Erick Bolaños.